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martes, 17 de agosto de 2010

Poco se puede pedir


2ª corrida de toros de la Fira de Xàtiva 2010.  2 toros de Ramón Sánchez Recio para Antonio Domecq, 4 toros de Ana Romero para José Pacheco el Califa y Antonio Ferrera.

Con ganas de ver torosen el mes de Agosto, especialmente santacolomeños, nos desplazamos a Xàtiva, sabiendo que en plaza de 3ª con rejoneador por delante, no se puede esperar mucho pero un servidor siempre tiene esperanzas de que suceda algo extraordinario, no pudiendo contar nada de esto con la excepción de un primer toro de rejones de Ramón Sánchez Recio con piernas, genio, apretando en todos los terrenos, puso en más que aprietos al rejoneador Antonio Domecq, tirando al caballo sobre las tablas y dandole una páliza al rejoneador que en ningún momento de las 2 lidias estuvo en lo que había que estar, viendo 2 toros arranes que en un principio no estaban anunciados, pero que hubiera sido más que interesante haber sido toreados a pie. Hace falta la diversidad en la cabaña brava, ver algo diferente ...

Plaza sin acabar de remodelar, (aunque el arquitecto que la diseño se lo tenia que hacer mirar) con un quinto de entrada, temperatura agradabilísima para estar en Xàtiva. Presidencia correctita, ahora tenía que mirar la integridad de las astas de los toros y los cambios de tercio con 2 pares de banderillas (nueva moda).

Los toros de Ana Romero con una barbería impresentable, en tipo del encaste, algunos casi gordos, con poca casta, ni raza, tan sólo el 6º exigía un poco más pero el matador no estaba por la labor, el 5º paradote, un 2º con nobleza y un pitón derecho muy bueno pero con problemas que no le supieron resolver en el izquierdo, y un 3º que fue noble pero le faltó transmisión aunque se dejó.

El Califa, que no está ni se le espera, ni pudo con su primero con buen pitón derecho pero problemático izquierdo al que sacó tandas con poca profundidad y mucho alarde, en su parado y desmochado segundo lo intentó al natural pero ni uno ni otro estaban por la labor. Como siempre flojo con la espada.

Antonio Ferrera con recursos, y tirando de populismo en banderillas, pegó pases ligando a su primero pero con poco fundamento, para acabar agrandándose al final, cortando orejita tras pinchazo y estocada. En su segundo provocó un éxtasis rehiletero clavando a toro pasado y con carreritas, para pasar de torear a un toro manso exigente al que se había de torear, compromiso por el que Ferrera no estaba al final de la tarde, buscando la orejita fácil que perdió en la suerte suprema.

Por cierto la empresa tenía que poner interés por mirar la limpieza de las gradas y el tema de la iluminación cuando baja la luz solar, y sino que se lo recuerden las autoridades que poco se vieron por el callejón ...

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